Yo, me, mi, conmigo-

Mi foto
Sonrisa como accesorio diario

¿Quieres escuchar algo de música? :)

lunes, 30 de enero de 2012

#14 Kilómetros

LORENA

Decidimos irnos a nuestras respectivas casas sobre las seis y media. Habíamos estado hablando y charlando sobre nuestras cosas. Álex, empezó a fumar, y seguido de la primera colilla, le siguieron tres, y después cuatro. Todos habíamos fumado como mínimo dos, cuando ya sin pitillos, nos dignamos a irnos.

Llegué a casa sobre las siete y cuarto y me fui a mi cuarto. Preparé la maleta, ya que durante la semana, no podría, y prefería hacer los deberes para no tener que llevarlos a Madrid…
Lo que quedaba de semana paso muy rápido. Recuerdo, que el miércoles, día corto de la semana, ya que acabamos a las doce y cuarto, me fui con Miguel, Álex y Marina a comer. Silvia y su novio, Jaime, estaban, como siempre, juntos. Y bueno, Tom había quedado con Jessica para ir a comer, y Laura, pues tenía natación, y no podía venir con nosotros.

Cuando llegamos a la pizzería, nos encontramos con Tom y Jessica. Obviamente, me quise ir enseguida, ya que no podía soportar el hecho de verla en persona. Volví a salir y respiré profundamente. Me puse a dar unas cuantas vueltas intentando relajarme. La gente me miraba con tal cara, que me asusté. Finalmente, ya cansada, decidí entrar otra vez. Hice un rastreo rápido de la sala, y finalmente los encontré. Se tuvieron que poner en el peor lugar del restaurante. Detrás de Tom. Genial.

-¿Pero por qué me hacéis esto?- Dije dejándome caer sobre mi silla.
-Shhh…- Dijo Marina seriamente.- Es para espiarlos, tonta.
-Sí, porque yo no me fío de su relación…- Dijo Miguel a lo bajini.
-¿Por qué?- Dijimos Álex y yo al unísono.
-Ah, que es verdad… No estabais cuando lo contó todo. Dijo que la conoció en no sé donde, pero bueno, eso es lo de menos. Lo más raro es que no sé si te has fijado, pero últimamente va de chulo por la vida.
-Ah, sí. Sí, lo sé…- Dije lentamente.- Hoy en matemáticas, me ha explicado todo con un aire muy importante. Y concluyó su explicación con un: ‘’Es super fácil, no sé cómo no lo entiendes, Lorena.’’- Marina resopló y empezó a observar la pareja.
-Deberías olvidarte de él.- Dijo Miguel.
-Ya… Eso intento.
-Oye, ¿cuándo te vas estas vacaciones?- Dijo Álex.
-El… Sábado. ¿Por?
-Ah, no por nada.- Dijo Miguel interrumpiendo a Álex, que intentó hablar.
-Bueno...- Dije.- Quiero una pizza margarita, no tengo mucha hambre.- Dije cambiando de tema.

Las chicas no consiguieron convencer a mis padres, como sabía yo bien. El viernes llegó después de horas interminables. Salí con ellos al parque y finalmente, me despedí de todos, y acabé llorando, como siempre.

En poco tiempo, me encontraba sentada en un asiento del aeropuerto a unas horas muy tempranas de la mañana. Decidí ponerme los auriculares y relajarme. Agarraba con las dos manos mi mochila que tocaba el suelo. Iba con un chándal, ya que aquella mañana no tenía ganas de decidir que ponerme. En la maleta llevaba todo mi armario, y más de la mitad de mis bolsos.

Estaba esperando a mis padres para que salieran de la tienda. Hacía fresco y decidí ponerme la sudadera. La gente pasaba. Algunas con prisa, y otras tranquilamente. En un aeropuerto no sabes lo que te puedes llegar a encontrar. Un señor pasó lentamente y me fijé que era mi antiguo profesor de biología. Me quise esconder. Pero fue demasiado tarde.

-Lorena, hola. ¿Qué tal?- Dijo éste levantando un brazo.
-Bien, gracias, ¿y usted?- Dije incorporándome otra vez.
-Bien, venga. Hasta la vuelta. Estudia.- Sí hombre… Encima iba a estudiar en mis arruinadas vacaciones.

Estaba cambiando de canción cuando un chico de unos dieciseis años aproximadamente se sento al lado mío.  No me lo podía creer. Era el mismo chico que me encontré hace una semana en el metro. Puse en pausa la canción. Me fijé un poco más… ¿Por qué se sentaba al lado mío, habiendo mil asientos más libres? Llevaba un bolígrafo y un papel en mano. Empezó a escribir números, muchos números. Cuando finalmente acabó de escribir, me atreví a decirle algo.

PABLO

Me desperté muy pronto. Mi cuerpo presentía que ocurriría algo aquel día. Sábado. Que raro, un sábado suelo dormir hasta tarde. Además, la noche anterior, Jorge y yo tuvimos que trabajar hasta más tarde, ya que empezaban las vacaciones, y todos iban a la discoteca para festejarlo.

Me quedé en la cama escuchando música tranquila con el iPod, para ver si podía dormirme, pero no sirvió de nada… Jorge seguía durmiendo y de vez en cuando suspiraba tan profundamente que pensaba que se moría o algo. Me empecé a reír.  Qué personaje este chico, qué personaje.


Holaaaaa :3 Ains, mil gracias, mis dos pequeñas fieles seguidoras u.u Esto es taaaaan triste, sí sí. Tan solo vosotras!


Pero sabéis, al menos me dais ánimo y me hacéis seguir escribiendo. Con vosotras me conformo, no quiero una ametrallada de comentarios xd. Estoy llegando al final del libro, y bueno, me he emocionado hasta yo jajaja.

Por cierto! No penséis que será una historia de amor de estas un poco repipis. Jajajaja no... No... No sabéis lo que os espera... 

BUENO, que mil beeeeeeeeeesos :) Que gracias por estar ahí siempre, y bueno que me emociono :')

Carmeeeeen <3
Seguir leyendo...

sábado, 28 de enero de 2012

#13 Kilómetros

LORENA

Llegamos a nuestro banco, y vi que todos habían acabado de comer y escuchaban atentamente a Tom. En cuanto Álex y yo nos plantamos delante, todos se percataron menos Tom, que siguió hablando.

-¿Qué ha pasado, Lore, Álex?- Dijo Laura.
-Bah… Nada. Que Álex ha venido a ver qué me pasaba… Un simple mareo.- Dije intentando parecer lo más normal posible.
-Joder… ¿Y qué tal estás ahora?- Dijo Marina levantándose y dándome un abrazo. Permaneció bastante tiempo, y me di cuenta de que me susurraba algo al oído.
-Lore… A Tom le gusta mucho esa tal Jessica… Lo siento, mi amor…- Dijo Marina lentamente. Otra vez las ganas de vomitar, pero me aguanté.

Nos separamos y Álex se sentó en el banco, y yo me senté en el suelo, con las chicas.

-Bueno, Tom. Sigue.- Dijo Silvia con tono amenazador.
-Pues…- Dijo Tom mirándonos a Álex y a mí.- A ver, estaba diciendo como la conoci y tal… Y eso. Que el otro día quedamos, y estuvimos hablando… Y eso, le pedí salir. Y me dijo que sí.
-Ah…- Dijimos Laura, Silvia, Marina y yo al mismo tiempo.
-Vaya, enhorabuena tío…-Dijo Miguel dándole un golpe en la espalda.
-Sí Tom…- Dijo Álex, haciendo lo mismo que Miguel, pero al mismo tiempo que me miraba.
-¡Bueno!- Dije sin querer.
-¿Qué pasa?- Dijo Marina.
-¿Eh?- Dije intrigada.
-¿Cómo que ‘eh’? Acabas de gritar ‘Bueno’ .- Dijo Laura riéndose.
-Ah… Pues me refería a que deberíamos movernos, si no, nos quedaremos como albóndigas…- Dije sin pensar. No tenía sentido, pero los demás se rieron por el tono tan serio que me salió.
-Vale… Loren, estás fatal.- Dijo Álex riendo.
-Pero por eso la queremos, ¿a que sí, chicas?- Dijo Silvia. Las dos asintieron y yo me reí finalmente.



PABLO

-No creo que esté con otro, J.- Dije preocupado.
-Ya… Tío, pues cuidado. No quiero que te haga daño esa cerda.- Dijo Jorge enfadado.
-No la llames así…
-Bueno, lo que tú quieras. Yo ya te he avisado.
-¡Vale pesado!- Dije levantándome y cogiendo el mando de la televisión.
-¡Pon Mtv! Creo que dan el ‘Tunning España’.
-Vale…

La tarde se fue consumiendo. Mtv. La playstation. Comida. Ordenador, más playstation.

Pequeeeeeeeeeeees ^^ Holis :3 El otro día, recibí un premio de una seguidora que es digna de verdad. Se llama PaulaaLovesYou (L), y bueno, luego están mis dos Chicas favoritas ^^ Silvia y Naomi :DD  En el siguiente capitulo, os pongo los premios, vale? ^^

Mil besos, mil gracias por leerme, y bueno, por todo en general :)

Carmeeeeeeeeeeeeeeeen^^
Seguir leyendo...

jueves, 26 de enero de 2012

#12 Kilómetros

LORENA

Me giré al oír aquellos pasos.

-¿Estás bien?- Era Álex. Era el único que podía soportar las enfermedades de los demás, y al parecer, él era el único con el valor suficiente para venir a mi.
-No.- dije tragándome la saliva. Tiré la hamburguesa y no pude evitar escupir.
-¿Esás bien? ¿Qué te pasa, Loren?- Él era el único que me llamaba así. Decía que quedaba muy atractivo y sensual. Nunca lo entendí hasta aquel momento, que sonó precioso.
- Ayer vi la foto de perfil de Tom… Y hoy cuando ha explotado, me han dado ganas de, bueno… Sí, vomitar. Y bueno…No sé…- Álex y bueno, todos, sabían que me gustaba Tom. Éste jamás lo ha sabido, y jamás lo sabrá. Confiaba en mis amigos, y ellos confiaban en mí…
-Ya… Bueno, mira no sé qué decirte. Son los sentimientos los que hacen que tengamos reacciones en el cuerpo… Y bueno, a parte de Tom, creo que hay otra razón por la que te hayas venido aquí tan lejos… ¿no? Vamos, dime. ¿Por qué?- Dijo acercándose a mi.
-Pues bueno, porque también estoy harta de mi vida. Quería pensar, no tener que volver enseguida con vosotros. Quería pensar… Sobre lo de Facebook… Lo de mudarme a Madrid.  Que Tom tenga novia… Con que todo lo que haga, me salga mal.
-¿Te vas a Madrid?- Dijo Álex sorprendido.- Ven, vamos a ése banco y me cuentas.
-Bueno… Sí. Me mudo el año que viene. Acabo tercero y empiezo cuarto allí…
-Joder, no jodas…¿Y desde cuando sabes eso?
-Desde ayer por la noche. Ayer me fui de casa, y dormí en un banco de un parque cerca de casa. Le dije a Miguel antes, que le dijera a su madre que había ido a su casa a dormir aquella noche, o sea, ayer.
-Ya… Joe… Loren, cuanto lo siento.- Me abrazó. Lo necesitaba, necesitaba un buen abrazo. Me encantaba Álex. Podía contar con él para todo.
-¿Y tú que tal con Laura…?- Le dije intentando cambiar de tema.
-Con Laura…- A Álex le gustaba Laura, y Miguel y yo, éramos los únicos que lo sabíamos. Cuando llegó Laura al colegio, estábamos sólo nosotros tres, y desde ahí, le gusta bastante, más bien. Está enamorado de ella desde hace dos años, aproximadamente.- Pues mal… Bueno, bien, pero mal por que no estoy con ella… No sé si me entiendes.
-Sí… Te entiendo.- Álex suspiró y bajó la mirada. Puso sus antebrazos sobre sus piernas y se puso a jugar con sus manos. Estuvimos callados un buen rato. Él jugando, y yo observándolo.- Deberías decírselo.- Dije cortando el silencio.
-¿Por qué?- Dijo dejando de jugar con sus manos.
-Porque hay que arriesgarse en esta vida.
-No quiero perderla como amiga, Loren.- Dijo finalmente mirándome a los ojos preocupadamente.
-Ya lo sé… Pero… ¿Quieres que hable con ella?- Dije intentando solucionar mi metedura de pata. A Laura no le gustaba nadie, pero siempre dijo que Álex era mono… A lo mejor, con un poco de presión, llegaban a ser algo.
-Bueno… No la fastidies, ¿eh?- Dijo bromeando. Mi Álex había vuelto a su estado natural. Volvía a tratarme igual que siempre, sin intención sanitaria, ni psicóloga. Como amigo.
-Ja, ja, ja.- Dije intentando parecer seria, pero finalmente, se convirtió en una verdadera risa.
-Venga, vamos Loren. Quiero saber qué ha pasado con este Tom…
-Ya… Vamos.
-Tranquila, todo está bien. No se merece tenerte…-Dijo dándome otro abrazo. Lo acepté.
-Ya… Supongo.




PABLO

Abrí los ojos. Mi estómago rugía y decidí volver a casa. Al cabo de unos cuarenta minutos, llegué a casa. Entré a la cocina y vi una nota escrita a lápiz.

Mamá, papá y yo nos hemos ido al zoo. Jorge duerme.
Adiós, Juan.

Mi hermano pequeño, Juan, tenía siete años. Nos llevamos años porque mis padres me tuvieron muy jóvenes. Fui a mi cuarto, donde suele dormir Jorge, a pesar de que tuviera su propia habitación y lo vi. Roncaba, como siempre. Me reí, pero me dolió el pecho, ya no tanto como antes, pero me dolió. Jorge me oyó, y se despertó enseguida.

-¿Ves? Tengo el sueño ligero.- Dijo satisfecho.- Te he oído reír.
-Ya… Lo que tú digas… Lo tienes ligero ahora…- Dije riendo.
-¿Qué hora es?- Dijo.
-Son las dos y media… De la tarde. Juan y nuestros padres se han ido al zoológico.
-Ah… ¿Y no me llevan?- Dijo riendo y estirándose.- Joder, qué sueño. La próxima vez no nos quedamos hasta tan tarde con la play…
-Dímelo a mí… Llevo un día…
-¿Qué ha pasado? ¿Has quedado con Ana, eh, pillín?- Dijo riendo.
-Sí he quedado con Ana… Vamos a la cocina y te cuento.
-Va.

Salimos de nuestro cuarto y fuimos a la cocina. Preparamos unos bocatas de jamón ibérico y nos sentamos en los sofás. Cada uno ocupábamos uno. Los sofás hacían una L y nuestros pies estaban perpendiculares. De aquel modo, podíamos mirarnos a la cara sin tener que levantarnos.

- Venga, suéltalo ya. ¿Qué ha pasado con Anitolis?
-No la llames Anitolis…- Dije riéndome.
-¿Por qué? Si es una finolis…- Jorge siempre la llamaba así, ya que según su opinión, es una niña pija y fina.
-Bueno, me da igual. No le llames así… Bueno, te cuento. Que en la parada del bus, me he encontrado a los tíos que se peleaban hace unas semanas… ¿Los de la pelea en la que nos metimos y acabamos en comisaría? – Jorge asintió atentamente- Pues con esos. Y me han pegado en todo el pecho y en la rodilla. Un tipo en el bús, un médico muy joven, me ha ayudado a respirar mejor y tal… Y bueno, en cuanto he llegado al Retiro, he visto a Ana con el móvil, sonriendo.
-Joder, ¿pero estás bien, tío?- Dijo preocupado.
-S, Jorge, déjame acabar coño.- Dije perdiendo empezando a recordar las palabras de Ana.
-Oh… Ya sé lo que va a pasar. Anitolis se enfada contigo, ¿verdad?- No le contesto.-¡Lo sabía! ¡Lo sabía! Como siempre. Déjame adivinar…- Jorge se aclaró la voz y empezó a imitar a Ana.- ‘Uf- se abanica con la mano- Pablo, no me quieres nada.- Jorge se frota los ojos en signo de llantos.- Déjame en paz, no quiero hablar.’ ¿A que sí, a que sí?- Dijo concluyendo su pequeña imitación.- Acabé riendo, por los gestos tan mal imitados. Ana no se movía así… Ella es ella, y la quiero.
-Pues no… Mucho peor. Me ha dicho que me fuera. Que era un monstruo y que la odiaba. Y se ha ido llorando… Macho, yo no la entiendo. Y lo peor es que con ese movil estaba feliz y cuando me ha visto cojear, se ha cabreado.
-Tío, no estará con otro, ¿verdad?- Dijo finalmente Jorge.

Seguir leyendo...

sábado, 21 de enero de 2012

#11 Kilómetros

PABLO

Habían pasado ya más de siete paradas, y quedaban unas pocas para la mía. Quedaba poco para ver a mi Ana. Ana… ¿Qué le diría cuando me viera en aquel estado? La última vez que me metí en una pelea, o que me hicieron daño, ésta se enfadó conmigo. Dijo que por qué le hacía eso. Claramente, no la entendí. ¿Se creía que me gustaba meterme en peleas y salir herido?

Llegó mi parada y la vi esperando sentada, mirando su móvil y sonriendo. ¿Qué pasaba? ¡Bah! No le hice caso. Mejor que estuviera contenta, así no se enfadaría. Bajé lentamente del autobús. Fui andando hasta Ana, y ésta, al verme, metió su teléfono rápidamente en su bolso. Se levantó y vino hacia mí.

-¡Mi amor!- Dijo sonriendo extrañamente.
-Hola Ana. ¿Qué tal estás?
-Bien y tú… ¿Qué te ha pasado en la pierna? ¿Por qué andas cojo?- Dijo elevando el tono. Ya empezaba. Su rostro cambió drásticamente. Hizo una mueca al ver que no contestaba.- ¡Contéstame!- dijo perdiendo la paciencia.
-Nada… Unos.- Dije entrando al parque.-¿Vamos?
-¿Cómo que unos? ¿A qué te refieres?- Dijo Ana a mis espaldas. Me atrapó enseguida, ya que no andaba muy bien. Se puso delante de mí.- ¿Me lo explicas, cari?- Dijo dulcemente.
-No, unos… Que me han pegado de repente en la parada del bus.- Dije empezando a enfadarme. ¿Por qué era así de histérica y malhumorada?
Ana empezó a andar rápidamente.
-¡Oye, espérame!- Dije alzando la voz para que me oyera.-¿A dónde vas, Ana?
-A otra parte, lejos de ti.- Me paré en seco. ¿Había oído bien? Intenté acelerar el paso, pero el pecho y la rodilla me fallaron.
-Ana, espérame…
Se paró en seco y se giró hacia mi. Vi sus ojos vidriosos…
-No llores, mi vida. No llores…- Dije. Sin ningún motivo.
-¿Por qué no puedo llorar? ¿Ahora mandas en mis sentimientos, o qué?
-¿Cómo? Lo digo porque te quiero, porque no quiero verte llorar… Me hace daño…- Dije intentando calmarla a la vez que me acercaba a ella.
-¡Aléjate! ¡Vete!- Dijo gritando. Sus lágrimas corrían más rápidas por sus mejillas de porcelana.
-¿Por qué?- Dije a la vez que mi mano se acercaba a la mano que secaba sus lágrimas.
-Te odio. ¡Eres un monstruo!- Dijo con una mueca en la cara. La cogí y la abracé.
-No digas eso… Sabes que te amo. No soy…- Dije tragándome mis sentimientos.-Un monstruo.
-¡Sí que lo eres!- dijo apartándome con un empujón en todo el pecho. Me hizo daño. Por dentro y por fuera. No podía más. ¿Por qué tenía esos arrebatos de humor? ¿Por qué estaba feliz antes de verme, y después malhumorada?

Se fue andando hacia la salida, y me dejó ahí. Con el ‘’te odio.’’ Con el ‘’eres un monstruo’’ y el corazón confundido. Miré hacia atrás, y la vi. Saliendo del parque. Yo, en cambio, me sumergí aún más en el parque.

Al cabo de un rato, encontré una fuente. Me acerqué y bebí agua. Me refresqué la frente y la nuca. Hacía calor para un mes de marzo. Miré a mi alrededor y no había nadie. La gente estaba en sus casas, comiendo o viendo la televisión. Me senté en un banco y miré al cielo. Pensé en Ana. En su comportamiento hacia mí. En su malhumor. En sus cambios drásticos, en sus muecas. En sus besos. En sus tiernos besos. En nuestros casi doce meses juntos. Faltaba menos de un mes, y estábamos así. En aquella situación. Me fundí en mis pensamientos y cerré los ojos lentamente. 


Aiiinshh pequeñoos :3 Pues aquí está Pablo, con sus 'típicas' peleas con Ana...
Siento tardar y tal en publicar, y bueno, eso x)
Carmeeeeeeeeeeeeen :3
Seguir leyendo...

miércoles, 18 de enero de 2012

#10 Kilómetros

LORENA

-Niña, por fin llegas.-Dijo Miguel. Miguel, tenía que hablar con él. Sí.
-Oye, tengo que hablar contigo.- Le dije cortándole el rollo. Lo agarré del brazo y nos apartamos del grupo. Sentí que todos me miraban, pero no me importaba.
-¿Qué pasa, Lore?- Dijo seriamente.
-Que ayer me fui de casa. Tú, cállate, por favor. No quiero decirlo a nadie. Me fui de casa, y como vivimos cerca, le dije a mi madre que habíamos quedado… Y que me quedaba en tu casa a dormir. –Miguel se rió.
-Qué morbo. ¿Y qué hicimos…?- Me miró maliciosamente.
-Nada. Vimos una película. Tu familia y tú veíais la ‘película del sábado por la noche’ y tu madre me abrió encantada. ¿Vale? Y ahora te callas, por favor. No se lo digas a nadie… Bueno, llama a tu madre y cuéntaselo por favor. Mi madre quiere hablar con la tuya y no quiero que me defraude tu madre…- le dije bajando la voz. Me había pasado con el tono que había usado.- Siento haber sido tan... Directa... Ya sabes, no quiero que estos empiecen a ametrallarme con preguntas...
-Ya...- dijo Miguel riendo.-Bueno… Vale… Pero yo no estaba en casa ayer.-Dijo Miguel amablemente.
-Ah, no… ¿Y dónde estabas?- Dije intrigada.
-Pues había quedado con Álex.-Dijo riéndose.- Venga, vamos. Éstos nos están esperando. Ahora le envío un mensaje a mi madre.

Nos dirigimos a nuestros amigos y fuimos a comprar algo de comer. Enseguida teníamos nuestros pedidos y nos dirigimos al parque otra vez. Pillamos el primer banco disponible y nos acomodamos. Algunos nos sentamos en el suelo, y otros se sentaron en el banco. Yo, como siempre, en el suelo.

-Oye, Tom, cuéntanos lo de la tal Jessica.- Dijo Silvia con tono desafiante. Todos nos giramos hacia él, y éste se enrojeció.
-¿Qué Jessica, tío?- Dijeron Álex y Miguel al mismo tiempo.
-¡Eso!- Dijo Laura mirándome.
-A mi no me mires…- Susurré a la vez que me acercaba la hambuerguesa a la boca.
-¿Qué me he perdido que estáis todos tan pasmados?- Dijo Marina volviendo de la papelera.
-La novia de Tom.-Dije rápidamente antes de morder.
-¿Qué?- Dijo Marina mirándome, a continuación a Silvia y a Laura, y de vuelta a mi.- ¿He oído bien? ¿Tom, con novia? ¿Qué?
-¿Pero qué pasa, no puedo tener o qué?- Dijo Tom enfadado. ‘No puedes’ pensé ‘por que te quiero’. Sentí que mis ojos me fallaban. Empezaban a llenarse de lágrimas. No podía ser. Miré mi hamburguesa, me dieron ganas de vomitar.
-Sí… Pero no sé, no nos has dicho nada.- Dijo Miguel mirando su comida.
-¡Pues lo siento! No soy perfecto.- Dijo.
-Tengo ganas de vomitar. Voy a tirar esto a la basura… Ahora vengo. Ya me contáis después.- Dije levantándome rápidamente.

Me fui con paso rápido a la basura más lejana, lo más lejana posible de aquel chico. Oí pasos detrás de mí. 


Moc moc! :) Pequeñajos, aquí tenéis. Lorena... En sus 'mejores' momentos. xd.


Mil besos, 
Carmeen-
Seguir leyendo...

martes, 17 de enero de 2012

#9 Kilómetros

PABLO

El macarra. Un golpe en todo el pecho. No pude devolverle el golpe. Me faltaba el aire. Me llevé las manos al pecho y me fui inclinando poco a poco. Oía risas lejanas, y un golpe más. La rodilla esta vez. No podía más. Me fui cayendo al suelo desconcertado. ¿Cómo había pasado? Y los vi marchar. Dejándome así, con el pecho hundido y la pierna inmóvil. El autobús llegó. Lo único que conseguí hacer fue un simple signo de ‘stop’. El autobús paró enseguida y esperó a que me subiera. Un chico más mayor que yo me ayudó a sentarme. No oía nada. Sólo veía sus labios moverse y manos tocándome el pecho. Enseguida fui recuperando el aire y ya podía pensar con claridad. Y grité. Me dolía la rodilla. Un pinchazo, dos. Llegábamos a tres y ya me acostumbré.

-¡Chico, responde! ¿Qué ha ocurrido?- Dijo el joven.
-Yo…-Dije, y me retorcí. Me dolía demasiado la rodilla. Un simple golpe, supuse.
-Chico, no te retuerces, el pecho está bien. Intenta no correr ni hacer ejercicio forzado, ¿vale chaval? Y tu rodilla, es sólo un dolor pasajero.
-¿Cómo…Cómo sabes todo esto?- Conseguí decir sin retorcerme. Me incorporé y pegué mi espalda al respaldo.
-Médico, chico, médico… Y ahora dime, ¿cómo ha ocurrido? Unos chavales, ¿no?- Asentí.- Lleva cuidado, puede pasarte algo grave.
-Ya…- Me dolía cada vez más el pecho. Cuanto más me apoyaba y me relajaba en el asiento, más notaba aquel peso encima.
-Mira, ahora, relájate. Sé que duele, pero no pienses en ello. Piensa en no sé… Otras cosas.
-Vale. Gracias.- Dije.
-De nada, venga.- Dijo apoyándose en su asiento un poco más relajado. Al cabo de cinco minutos, el joven se levantó.- Chico, me tengo que ir ya. Espero que te recuperes pronto. Yo de ti no me metería en tantas peleas…
-Vale, adiós. No me meto en peleas.- Quise añadir ‘metomentodo de mierda’, pero no lo hice. Me había salvado la vida, no sé cómo, pero lo hizo.


Pequeeeeeeños kilómetros :3
Siento el retraso, he andado ocupada.. Sorrypo.


Bueno, no es un buen capitulo, pero bueno, no puedo hacer más.

besitos-

Carmenchus-
Seguir leyendo...

viernes, 13 de enero de 2012

#8 Kilómetros

LORENA

Tom. Tom había hecho una publicación y me había etiquetado.  Fui corriendo a su perfil. Y no me dio tiempo a ver la publicación. Su foto de perfil había cambiado… Me fijé un poco más. Cliqué encima. No me lo podía creer. Mi mundo se empezó a deshacer delante de mis narices.Tom y una rubia. Una rubia. Una tal Jessica. Una Jessica holandesa. No podía creérmelo. ¿Desde cuando juntos? No podía ser. No… Silvia me empezó a hablar por el chat.

-Lorena!
-Hola
-Que tal?
-Mal, tu?
-Bien, por qué estas mal??
-Has visto la foto de perfil de Tom?
-No… Ahora voy a mirarla.- No le contesté. Dejé que ella misma se diera cuenta.- Joder!
-Si…
-Dios tia, lo siento… Joder… Pero desde cuando?
-Eso mismo me pregunto yo…
-Buf… cuanto lo siento. Esta tarde le cae una buena.
-Ya… Bueno…- intenté cambiar de tema. - entonces a que hora hemos quedado en el parque?
-Pues, según Laura… En cuarenta minutos en el parque… Ah! Me voy pitando, sino no llego. Hasta luego preciosa, envía sms. Te quiero.
-Ya… Yo también. Adios.
Cerré sesión.
-Mamá, me voy. Como con los demás, llegaré a casa a eso de las siete.
-¡Vale Lore! Confiamos en ti.- Dijo mi madre desde la cocina. Empezaba a oler a puré… Menos mal que no me quedaba en casa…

El metro quedaba lejos de mi casa, o sea que me puse a correr. Empezó otra vez a llover, y quise volverme  a casa. No lo hice, ya estaba casi. Llegué empapada. La lluvia se había intensificado y parecían cubos de agua.

Pasé mi bono metro por el control y cogí el metro por los pelos. Me quedaban diez minutos para llegar al parque. Me senté cómodamente en un asiento, ya que mi parada es una de las primeras, y no hay mucha gente todavía. Un chico entró al cabo de dos paradas. Lo observé. Tez morena, alto. No llegué a ver sus ojos a causa de mi pequeña miopía.  Me sonrió. O eso es lo que me pareció a mi. Le devolví la sonrisa encantada. Y seguí pensando en mis cosas. Decidí sacar mi iPod y me puse a escuchar música. Alguna que otra vez, sentía unos ojos sobre mí: Era aquel chico. Cuando le miraba, dejaba de hacerlo. Tenía un aspecto familiar, pero no supe de qué me sonaba.

Miré por la ventana del metro,  y vi que estábamos llegando a mi parada. Intenté parecer tranquila y no dejarme llevar por la brusca parada del metro. Las puertas se abrieron y salí lentamente. El chico se sentó en mi lugar, y por la ventana, me hizo un gesto con la mano. Se la devolví sonrojándome. Era guapo, sí.

Llegué al parque corriendo, ya que llegaba tarde, como siempre. Los vi a todos, incluido a Tom. Silvia me miró e intuí que ya les había contado a todos lo que había pasado hace menos de una hora.
Seguir leyendo...

martes, 10 de enero de 2012

#7 kilómetros

LORENA

Llegué a casa y mis padres me estaban esperando, cómo no.

-Lorena, estás castigada.- Dijeron casi al mismo tiempo.
-¿Por qué yo?- Dije cansada.
-¿Por qué tú? Porque ayer te fuiste de casa sin avisar siquiera.- Dijo mi padre severamente.
-¿Y qué? Fui a casa de Miguel, y he pasado ahí la noche. Además, había quedado en ir a su casa para dormir, pero se me olvidó decíroslo ayer con el tema ese de Madrid… Lo siento.- Dije intentando poner cara de niña buena.
-Ah… Bueno, entonces vale. Luego llamaremos a casa de Miguel para preguntarles qué tal te portaste…- Dijo mi madre.
-¡Mamá, no soy una niña de cinco años como Sofía!- Dije alzando la voz.
-Bueno, confiamos en ti Lorena.- dijo mi padre a la vez que miraba a mi madre.
-Vale, gracias. Ahora si me permitís, me voy a vestir mejor. He quedado con los demás.- Me fui corriendo a mi habitación y cerré la puerta.

Abrí otra vez la maleta y la vacié encima de la cama.
Me había escaqueado de una buena bronca. Quedaba poco para mediodía. Decidí conectarme a Facebook para ver las notificaciones. Una notificación me sorprendió. No podía creerlo. 

PABLO

No podía creerlo. Los chicos de la pelea de hace unas semanas. Estaban ahí detrás. Sonrieron malvadamente. Me giré enseguida. El autobús no llegaba. La pareja ya se había ido. Los chicos dieron la vuelta a la parada y se colocaron delante de mí. Me sentía pequeño. Indefenso. Me levanté y me deslicé por el espacio que me dejaban. Ahora era yo el que acorralaba a los chicos en la parada.

-Tronco, ¿de qué huyes?- Dijo uno. Tenía el pelo oscuro con mechas rubias. Bien, un macarra.- ¿por qué pones esa cara de asco, niñato pijo?
-No soy un niñato pijo, gilipollas.- Dije. Se rieron los dos chicos. El otro era castaño, y no parecía tan duro como el primero.
-¿Sabes? En una pelea entre amigos,- dijo el macarra,- no se meten dos niñatos insolentes.
-¿Una pelea entre amigos?- dije- Estabas matando a este pasmarote- dije señalando con la cabeza al castaño.
-¿Y tú qué sabes anormal?- Dijo el pasmarote.
-¡Paco, cállate!- Dijo el macarra dándole un empujón. – Te mereces una buena lección, niño pijo.- Miré la calle. Se acercaba mi autobús. Menos mal.
-¿Qué miras, niño?- Dijo el tal Paco.
-Nada,- conseguí decir.

Hellow! Hoy he puesto a Lorena y a Pablo, ya que son partes cortas. 
Paula: Sí, lo de Facebook es parecido a lo mío... :) Jajajaja
Mil besos,
Carmeen.

Seguir leyendo...

domingo, 8 de enero de 2012

#6 Kilómetros

LORENA


Un ruido proveniente de mi bolso. Lo abrí y vi mi móvil vibrar. Me estaban llamando. Cogí el teléfono sin mirar siquiera la pantalla.

-¿Qué quieres?- Contesté cortantemente.
-¡Lorena! ¿Estás bien? ¿Dónde estabas? ¿Dónde estás? ¿Qué has hecho?- Una cadena de preguntas salieron del móvil. Mi madre. Lo decía con un tono apagado, triste y preocupado. Pero por otra parte, con un tono severo y enfadado.
-¡No grites! Estoy bien. En…- pensé rápidamente una respuesta lógica.- En casa de…- Nadie vivía cerca de mi casa… Y el metro, a las horas a las que había salido de casa, estaba cerrado.- Miguel. Sí, Miguel, mi amigo que vive en nuestro barrio mamá.
-¿Y te dejaron entrar a esas horas?
-Claro, si sólo era sábado… Estaban viendo una película en familia… Y me acogieron enseguida.
-¿Y dónde estás ahora? ¿Puedo hablar con la madre de Miguel?
-No, no puedes. Acabo de salir de su casa. Estoy a punto de llegar a casa.
-Vale. Sofía te vio salir de casa corriendo, y nos lo dijo enseguida. No cogías el teléfono. Llamamos a Marina, Laura y a Silvia, pero ninguna nos contestó…
-Estarían durmiendo. Bueno, mamá, te dejo. Ahora voy para casa. Adiós.
-Vale, te quiero.- Yo no, pensé. Pero no iba a hacerla sufrir más.
-Vale, yo también.- Colgué y me levanté de mi sitio.

Empecé a andar más deprisa ya que aquella calle daba mucho miedo. Finalmente, llegué a la esquina de mi casa. Nuestra casa. Mis padres... Los mismos que me han castigado, prohibido y jodido la vida. Los mismos que hicieron que dejara de hablar con un amigo mío por Messenger. Con un chico que jamás conocí en la vida real. No me dejaron seguir hablando con él. Recuerdos de conversaciones me vinieron a la mente. Aquella disputa en casa. Miraron todo mi Facebook en busca de mi ciberamigo, Daniel. Mejor dicho, mi cibernovio.

Foto por foto, comentándola. ''¡Lorena, pareces una... Lo diré porque estoy avergonazada, pareces una puta vendiéndose!'', ''¿Tu eres gilipollas o qué, Lorena?'', ''¿Pero qué te crees, una Paris Hilton en moreno?'' ''¡Pero Roberto, mira qué comentarios más macarras que tiene con sus amigos! No te habíamos criado para este comportamiento''. En ésos momentos, mi Facebook estaba completamente restringido... Pero yo seguía teniéndolo. Me daba igual lo que dijeran. Habían fastidiado mi vida, me habían hecho daño psicológicamente... 



PABLO

Un zumbido grave me despertó. Era mi móvil. Conseguí ver la hora en mi reloj gracias a algún que otro rayo de sol proveniente de la ventana. Miré a Jorge. Seguía durmiendo. Como siempre, roncando… Pero no como otras veces. Normalmente le faltaba aire, pero esta vez, parecía demasiado tranquilo.

Finalmente, me digné a mirar el móvil. Un nuevo mensaje. Ana. Mi Ana.

Buenos días mi amor! Q tal stas? Spero no dspertarte. Quedamos hoy? Besitos, Ana (corazoncito)

‘’Claro que quedamos hoy, mi amor. Siempre quedaremos.’’ Pensé. Le contesté rápidamente. Había quedado con ella en ir a dar una vuelta por el Retiro en dos horas. Todavía tenía tiempo para arreglarme y coger el autobús.

Me duché rápidamente y me vestí con mis vaqueros favoritos y mis deportivas. Me afeité. Un poco de Playboy New York, y listo. Desayuné rápidamente y cogí mis cosas: iPod, llaves, móvil. Quedaba una hora, pero hasta que llegaba al parque, quedaba un buen tramo de autobús. Me dirigí a la parada de autobús y esperé.

La gente pasaba y pasaba, y yo sentado en aquella parada. Vi una pareja que me recordó a Ana y a mí. Ana… ¿Cómo podía ser tan ella? Era fuerte, no tenía prejuicios. Con ella podía comportarme como en mi casa, no me importaba lo que pensara la gente de mi, ya que estaba con ella. Sentí unos golpes en el cristal de la parada. No les hice caso. La gente que hacía los golpes, seguramente se estaba confundiendo. Más golpes. Me di la vuelta, ya harto de sentir mi espalda amartillada. 
Seguir leyendo...

sábado, 7 de enero de 2012

#5 Kilómetros

LORENA

Un sonido espantoso me despertó. Miré a mi alrededor pero no había nadie. Cerré otra vez los ojos, y esta vez, el riego empezó a mojarme. Tenía frío, y mi ropa estaba empapada por la lluvia y el riego. Mis sentimientos se habían desvanecido, pero una incomodidad y arrepentimiento se apoderaron de mi. Me levanté perezosamente, me aseguré de que todas mis pertenencias seguían donde las dejé. Las cogí y me dirigí al Quick, un restaurante de comida rápida. Por suerte estaba abierto y no había nadie. Entré disimuladamente al baño y abrí mi maleta. 

La almohada, la manta, la ropa… Me sequé como pude con la manta. Me quité la ropa que llevaba puesta y cerré el pestillo del baño de señoras. Nadie podría entrar y verme semidesnuda. Busqué unos pantalones limpios, una camiseta y una sudadera. Bingo. Saqué el peine y arreglé un poco aquel pelo enfadado con el mundo. Me puse la ropa, metí todo otra vez en la maleta, cogí mi bolso y me fui.

Empecé a caminar a ninguna parte y llegué a una calle solitaria y sin vida. Me paré y me senté en el bordillo de la acera. Pensé en mis cosas. En lo que les diría a mis padres al llegar a casa… En Tom, en mis amigas… Y de repente, Oí un ruido sordo. 
Seguir leyendo...

viernes, 6 de enero de 2012

#4 Kilómetros

PABLO

Era muy tarde. Ya no quedaba nadie en la pista de baile. Pensé que ya nadie vendría, y decidí irme a casa. Estaba agotado. En unos pocos días estaría de vacaciones. Por fin podría descansar. Menos mal, que la semana después de Semana Santa, un chico ocupaba mi puesto y eso significaba, una semana más de mis merecidas vacaciones. El bar iba a estar en obras estas semanas, o sea que tampoco tendría que levantarme a no sé qué hora de la mañana para limpiar las mesas de la terraza de los excrementos de los pájaros.

Yendo hacia casa, Jorge y yo vimos dos chicos peleándose. Decidimos intervenir. Jorge y yo estabamos bastante fuertes, sin intención de chulearse. Los chicos eran mas o menos de mi edad. Había unas cuantas botellas tiradas por el suelo. Cuando me di cuenta, le cogí del brazo a Jorge que se estaba dirigiendo a ellos.

-Jorge, quieto. Han bebido, ¿ves las botellas? Pueden hacernos mucho daño si cogen una botella rota y nos dan con ella. Sinceramente, no quiero pasarme las dos semanas de vacaciones en un hospital o con una venda alrededor de la cabeza o cualquier otro lugar que no quiero ni imaginarme.- Le hice razonar.
-Bueno… ¿Y si les pasa algo?- me preguntó Jorge dándose la vuelta y soltándose de mi.
-Será su problema. Yo les ayudaría si fuera de día, de noche no quiero arriesgarme como la última vez, además tampoco quiero entrometerme en una pelea cada cinco minutos. No sé si me entiendes.

Hace unas semanas, Jorge y yo nos entrometimos en una pelea. Unos chicos se estaban peleando. Jorge gritó. Yo me agaché, pero enseguida un puño chocó contra mi espalda. Por poco quedo hospitalizado. Acabamos con varios puñetazos y sentados en comisaría.

Las pocas farolas que había en la calle no iluminaban mucho. Los chicos seguían peleándose, pero Jorge y yo seguimos nuestro camino. Por detrás oimos un golpe seco. Y nada más. Unas pisadas y otro golpe seco. Nos dimos la vuelta. Uno había caído y empezaba a escupir y vomitar sangre. Otro, al parecer el que tumbó al anterior, cayó rendido a los pocos pasos. Me estremecí. 

Llegamos a casa bastante tarde, como siempre. Encendí la televisión y me puse a jugar con la playstation mientras que Jorge preparaba unos bocadillos. Se me unió enseguida. Estuvimos jugando casi toda la noche, como niños pequeños. Saltamos en el sofá, y menos mal que mi madre no estaba, sino, un buen jaleo despertaría toda la casa.

Heello!  Bueno, como veréis, se van contando las vidas de Pablo y Lorena. Sé que es difícil de acordarse de la primera descripción de Pablo y tal... Por éso, os dejo en un ladito, lo que se dice de Pablo y lo de Lorena.  Además, así tenéis que esperar un poco más para saber qué le pasa a Lorena y etc. jajajaja ;)

Y respondiendo a algun que otro comentario:

 MeriiXún: Bueno, a lo mejor si que es un poco fuerte que Lorena se fuera de casa, pero bueno... La edad del pavo es así jajaja :p Además, cuando la vayas descubriendo verás el por qué de aquel arrebato.  :)

Muchos besos,
Carmeeen.

Seguir leyendo...