Yo, me, mi, conmigo-

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jueves, 5 de enero de 2012

#2 Kilómetros

LORENA

Estabamos acabando de cenar cuando mi padre saco el tema de Semana Santa. En Semana Santa siempre nos habíamos quedado en Bruselas, y hacía ya mucho que no ibamos a España. Creo que no íbamos desde que tenía unos 5 años, y Sofía aun no habia nacido. Me habia acostumbrado a estar con Marina, Laura y todos los demás. Siempre en un parque, haciendo tonterias, como cualquier adolescente, ¿no?            
 
-Lorena, Sofía, esta Semana Santa iremos a Madrid. Hemos pensado que os gustaría cambiar de aires para estas dos semanas, en vez de quedaros en casa viendo la tele, o viciadas al ordenador sin hacer nada. Nos iremos el sábado por la mañana, muy por la mañana. Id preparando todo para el viaje. -Anuncio mi padre con tono importante a la vez que iba a por un postre.
-Papa, ¿me estas tomando el pelo?- Pregunte conteniendo todas las palabrotas que pasaban por mi cabeza, sin creer lo que oia.- Ya había hecho planes con todos, además yo no me vicio al ordenador y nunca me quedo en casa. Y otra cosa, paso completamente de levantarme pronto un maldito sabado de vacaciones.
-Pues anula esos planes.-Me interrumpió mi madre.- Ademas, ese vocabulario Lorena, por favor. También se puede cambiar, y Sofía no ha estado en Madrid todavía.
-¿Pero no podemos ir el año que viene…?- Pregunté con poca esperanza.
-No.- Dijeron al unisono mis padres.-¿sabes? Hemos estado pensando en mudarnos a Madrid el año que viene…- Continuó mi madre.
-¡¿Qué?! ¡No, no y no! ¡No me podéis hacer esto! Se supone que estos son los mejores años de mi vida, y… y….- Cogí bruscamente mi servilleta, aparté el plato de un golpe y me fui.


Good morning Ladies & Gentlemen ;)
Bueno, Kilómetros sigue adelante, va creciendo poco a poco... Y bueno :) estoy feliz.
Muchos besos preciosos :)
Carmeeeeeeeeeeen :)


Posdata,
(Recomendación Musical)
Me enamora... Trata sobre un aborto..



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miércoles, 4 de enero de 2012

#1 Kilómetros

LORENA

Me acuerdo como si fuera ayer. Todo empezó hace aproximadamente un año, creo. Estaba en mi habitación. Contemplaba las gotas que resbalaban por la ventana de la terraza. Las calles estaban vacías, y de vez en cuando, pasaba un coche. La lluvia hacia los charcos más grandes y más profundos. El agua corría en dirección a las alcantarillas. Podía oír perfectamente el sonido de las gotas que se juntaban con el charquito de mi terraza. Cerré los ojos durante un segundo y de repente, me encontraba en una playa. Un atardecer lo coloreaba todo. Llevaba un vestido semitransparente blanco. Un bikini negro. Estaba sentada en la orilla con los pies medio metidos en la arena. La arena estaba caliente de todo el sol que le había recibido durante el día. Las olas del mar sonaban lejanas, sin ninguna preocupación. Chocaban unas con otras antes de llegar a la orilla... No hacia frio, más bien al contrario. Hacía mucho calor. Me quite el vestido blanco que llevaba puesto. Me metí en el agua lentamente comprobando que no estaba muy fría. La temperatura del agua estaba ideal, perfecta para refrescarse.

-¡Lorena, a cenar!- Alguien me gritaba desde la orilla.-¡Que se enfría! ¡Lorena!- Mi madre me estaba llamando.

 De repente sentí un golpe en la cabeza. Me empecé a hundir en el agua y nadie se molestaba en ayudarme. Sentía mis pulmones llenos de agua, ahogándome. Todo comenzó a ponerse negro, el agua cada vez más fría. No sentía mis piernas. Mi cuerpo no respondía y un escalofrío me invadió por completo. Lo último que pensé fue que me estaba muriendo y cómo se daría cuenta la gente que había muerto. Qué harían cuando se enteraran. Cómo reaccionarían. Qué harían con mis recuerdos de la infancia, con mis cosas. Lágrimas salían de mis ojos bajo el agua. Era irónico llorar bajo el mar.

 De repente, me encontraba otra vez en mi habitación. Mi cara estaba completamente mojada por agua del mar, ¿o… Era lluvia, o eran lágrimas? Quién sabe. Seguramente eran lágrimas, pero mi primera reacción fue que era agua del mar. A mi lado vi un peluche y me di cuenta de que era solo un sueño. Vi una cabeza morena aparecer por la puerta.

-Lore, a cenar...-Mi hermana pequeña, Sofía.
Sofía tiene 9 años menos que yo. Tiene 5 añitos. Es bajita para su edad. Es muy pesada cuando quiere, y cuando no, es un cielo. Nos llevamos bien, aunque cuando entra en mi habitacion constantemente sin permiso, hay problemas.
-¿Me has tirado tu el peluche?- pregunté a la vez que me secaba la cara con la manga de la chaqueta.
-Si…- respondió con voz baja.
-Bueno, no pasa nada. Vamos a cenar.-Me levanté del suelo mientras recogía el peluche. Se lo di a Sofía- Toma, no lo trates así ¿vale?- Me acordé de Toy Story. Toy Story, como bien dice el título, es la historia de unos juguetes que tienen vida propia. Yo siempre he sido muy sensible y siempre pensé que los juguetes tenían una vida secreta.  Sofía asintió con la cabeza.

La empuje suavemente fuera de mi habitación y miré el reloj. Ya eran las nueve de la noche. Cómo pasa el tiempo. Hacía tan solo una hora, estaba con Marina y Laura en el centro comercial. Silvia no estaba, ya que estaba, como siempre, con su novio Jaime. Marina tenía quince años, ya que había repetido en primero de la Eso. Y los chicos, Alex, Tom y Miguel, no les apetecía venirse de compras… No me extrañaba, preferían quedarse en casa jugando con la playstation.

 Ése centro comercial me trae muy buenos recuerdos. Risas, helados, cotilleos y ropa. Hoy, no era un día de compras para animar a alguien ni nada parecido, necesitábamos unos vestidos para la fiesta de primavera que hace nuestro colegio después de Semana Santa. Pasamos todo el día en el centro comercial desde las 12 y media, mirando tiendas, probandonos cosas y haciendo fotos. Me tropecé con Sofía. Cuando llegamos a la cocina, vi a mi madre poniéndonos las judías verdes y me quedé de piedra.

-No puede ser. Enserio, ¿judias verdes? - dije sin poder callarme.
 -¡Lorena!- me interrumpió mi madre- Si judias verdes. Lávate las manos y a cenar.-Ordenó mi madre- Y tú también, Fifi.
-Joder…-dije para mi cuello- ¿por qué yo?- pero no sirvió de nada…
-¡Lorena, ese vocabulario por favor!- exclamó mi madre al oirme
-¿Pero qué he dicho ahora?- dije intentando parecer inocente
-No digas esa clase de palabras en casa, Lorena.-  Joder, si mi madre nos oyera a mis amigas y a mi no sé que diría. Marina, Laura y yo no podemos tener una conversación sin decir como mínimo una palabrota.
-¡Ya está mamá! Mira huele- dijo Sofía poniendole las manos a mi madre en la cara-. Huelen a jabón.
-Sí Fifi, lo sé- dijo mi madre poniendo los ojos en blanco-. Llama a tu padre, anda.
Me senté mirando con desprecio mi plato. Sofía no era ni siquiera mas alta que yo, estando yo sentada.
-¡Papiiiii! ¡La cena ya está lista!- me gritó Sofía a la oreja.
-¡Sofía, no me grites al oído!-Rechisté - Papá, ya esta la cena.
-¡Ya voy!-dijo mi padre desde el cuarto de gimnasia.
-Ya voy no, ¡ahora!- contestamos mi madre, Sofía y yo al unisono. Sinceramente, me hacia mucha ilusion decirlo, ya que me lo decian a mi cada segundo de mi vida… Y una oportunidad así, no se presentaba todos los dias.
Mi padre bajó por las escaleras con la ropa de gimnasia, como siempre, sudada. Y como siempre, la discusión de todas las noches.
-Roberto, no me gusta que cenes con la ropa de gimnasia sudada.- Dijo mi madre, como yo ya sabía.
-Pero Emma, si siempre que estoy a mitad de la gimnasia me llamáis para cenar.- Dijo mi padre defendiéndose inutilmente.


PABLO

Todas las noches eran iguales. Ésa era una mas. La misma rutina de siempre. Me estaba empezando a cansar. Arreglarme y salir a trabajar. Os preguntareis en que trabajo. Trabajo de noche en una discoteca. Pero no penséis que sólo trabajo en eso tan divertido que muchos lo piensan. No, no. Durante el dia, trabajaba en un bar en el centro para ganar un poco mas de dinero. Aunque siempre tenía algo que hacer en el bar, siempre me entretenía mirando la gente pasar. Sé que suena raro, pero yo soy así. Me gusta mirar como afecta el tiempo a la gente, ver como reaccionan con cualquier cosa, e imaginarme sus vidas. Esa mañana, un señor se sentó en la terraza aprovechando los primeros rayos de sol. Me pidió con un tono de voz muy caído un café doble. Mientras que lo preparaba, me fijé en cómo iba vestido. Parecía un hombre con dinero y serio. Pero no parecía estar feliz. Me imaginé su vida, y me alegré de no estar en su lugar.

-Pablo, llegamos tarde, aligera coño.- Me avisó Jorge.
Jorge es mi mejor amigo desde cuando aun usabamos pañales… Pero no estoy muy seguro. Jorge vive conmigo porque sus padres murieron en un accidente de coche cuando teníamos unos diez años. Su familia no podía ocuparse de el, o sea que hemos pasado casi toda la vida viviendo bajo el mismo techo. Ve a su familia varias veces al mes ya que viven también en Madrid.

 Jorge también trabaja en la discoteca, pero durante el día su única preocupación es ligar, pasarlo bien y poco más. Si necesita dinero, siempre se las apaña. Pero bueno, es mi amigo y tengo que aceptar como es.

-Voy pesado, que eres un pesado.- Repliqué a la vez que acababa de ponerme los zapatos.

Sin darme cuenta ya estaba en la entrada. Las luces estaban ya encendidas y la gente empezaba a entrar. Aún era bastante pronto y mucha gente estaría aún cenando. El local era antiguo, y eso le daba un toque increíble a la discoteca. Nuestra discoteca tenía fama de ser muy buena. Yo no lo sé, porque sinceramente, nunca he entrado a la discoteca sin tener que ir a trabajar. El DJ que estaba en la mesa de mezclas era bastante bueno. Me fijé que cambió de disco. Empezó a sonar una canción muy buena. Me lanzó una mirada y me dirigí hacia él. Me puse los cascos y busqué una nueva canción. Empezó a sonar una canción más lenta que la anterior. Vi entrar a Ana. Ana. Mi novia. Iba muy guapa, con un vestido negro. La musica iba cada vez mas lenta y Jorge me dio un codazo para que cambiara. Lo único que podía ver era a Ana. Ella lo era todo. Ella y yo en un restaurante. En el coche. En el metro. Por Goya. En casa… En mi habitación. En su cuerpo. La amaba. Éramos uña y carne. Dentro de poco haríamos un año, y ya le tenía comprado su regalo. Más y más pensamientos pasaban por mi mente a la vez que cambiaba de canción. Acababa de empezar una nueva noche.

Jeeellow! Primera entrega de la historia :)
Agradecería un pequeeño apoyo, ya que me ha costado muucho decidirme si cambiar mi antiguo blog completamente... Sé que ahora no es precioso, pero poco a poco, lo conseguiré. 
Gracias,
Carmeen-
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martes, 3 de enero de 2012

Kilómetros-

¡Hola pequeños Bloggers!

Cambio radical hecho! :) Espero que os guste, vaya.
He decidido, que este blog será para una historia que llevo escrita y bueno, espero que os guste.
Intentaré publicar siempre que pueda, y bueno... Todos los capítulos empezarán con un # y bueno, a ver qué tal va.

Una amiga, me hizo este precioso dibujo como posible portada para mi 'libro-historia', hace ya unos cuantos meses. Lo tengo en mi cuarto y bueno, aquí os lo dejo. He puesto mi nombre, por derechos de autor, con esperanza de que nadie me coja la imagen. Lara, si alguna vez lees esto, te doy otra vez las gracias. Me encantó verlo en el autobús.

Mil besos,
Carmeen-


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Adiós, Morenna-Ca :'(

Aiiishhh! Sí sí! :D Sé que hacía AÑOS que no publicaba en este blog... Bueno, era sólo para deciros, que bueno... CAMBIO RADICAL A LA VISTAAAA :D

Ajá lo que leeis pequeñoooos :) Lo cambiaré enteriito, bueno... SI enterito. Lo dedicaré para publicar una historia que llevo escrita, y bueno... Eso es todo! :D


Lo echaré de menos... Muchos momentos alucinantes y bueno.... Comentarios que me gustarían revivir.


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sábado, 5 de noviembre de 2011

Att.

http://razones-parasonreir.blogspot.com/
Sígueme en ése blog ;) ^^Graciias :)

Carii, que ya no sé ni cómo llamarte.

Guapoo! Si alguna vez vuelves por aquí, por favor, quiero que sepas que quiero saber toda la verdad. Y nada más que la verdad, y a partir de ahí, ya sabré hacer mis propias conclusiones.

Atentamente,
Cuuca.

De quererte por las tardes,
de mañanas sin llamarte.
Tú me enseñas que, se puede querer,
LO QUE NO VES.


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