
LORENA
Decidimos irnos a
nuestras respectivas casas sobre las seis y media. Habíamos estado hablando y
charlando sobre nuestras cosas. Álex, empezó a fumar, y seguido de la primera
colilla, le siguieron tres, y después cuatro. Todos habíamos fumado como mínimo
dos, cuando ya sin pitillos, nos dignamos a irnos.
Llegué a casa
sobre las siete y...